jueves, agosto 31, 2006

Criaturas Celestiales

Preliminares:

En 1987, Peter Jackson junta cuatro duros y a unos cuantos colegas y dirige su primer largometraje: Bad Taste (Mal Gusto), una pelicula sumamente grotesca, demencial y cafre, que es una patada en los morros a la sensibilidad estomacal. Argumento: unos extraterrestres planean utilizar a la población de un pequeño pueblo terráqueo como materia prima para su cadena de comida rápida intergaláctica. Cine gore-festivo del que desencaja mandibulas.

Dos años más tarde, el mismo lunático dirige Meet The Feebles, una delirante pelicula en la que la protagonista de un programa de variedades, descubre que su marido le engaña y decide tomar cartas en el asunto. La trama desemboca en una orgiástica sucesión de acontecimientos entre los que se incluyen asesinatos, consumo de drogas, enfermedades de transmisión sexual y toda clase de cosas sórdidas. El hecho de que los protagonistas sean muñecos de peluche a lo Jim Henson acentúa el estupor del descolocado espectador.

En 1992, nuestro entrañable gordopilo dirige Braindead, una pelicula visceral en el sentido más literal del término. Una enfermedad contagiosa transmitida por las mordeduras de un extraño mono va convirtiendo a los habitantes de un tranquilo pueblecito en violentos zombies descerebrados. Mientras tanto, el joven Lionel, que está enamorado de una muchacha a la que su madre desaprueba, debe luchar por la relación. La cosa se complica un poco más de la cuenta cuando dicha progenitora se convierte en zombi. Casquería y litros de sangre a cascoporro en una de las pelis antológicas del Jackson.

Fin de los preliminares.

Es 1994 y el orondo Peter Jackson dirige Criaturas Celestiales.

Y es algo tan alejado a lo que venía haciendo hasta el momento, que hace pensar en un más que probable caso de suplantación corpórea.

Basada en hechos reales acaecidos en Nueva Zelanda allá por los años 50, la pelicula cuenta la absorbente relación que mantuvieron Pauline y Julie, dos muchachas adolescentes que durante el tiempo que permanecieron juntas, soñaron con ser escritoras en Hollywood. Dos jovenes increíblemente imaginativas que disfrutaban creando mundos irreales que les servían como escapatoria a un ambiente demasiado cerrado y estricto, y en los que vivían con extraordinaria intensidad toda clase de experiencias ficticias. Hasta el punto de crear su propia mitología, su propio lenguaje y su propio código ético.

No. No vais a ver tetas y culos en esta escena.

Esta relación es la base de la historia, a la que asistimos mediante el relato en primera persona de Pauline y de lo que cuenta en su diario. Una chica introvertida que, al conocer a Julie, la nueva alumna de la clase, mucho más rebelde y liberada que ella, crece en personalidad y aspiraciones. Sus padres no aprueban que estén continuamente juntas, temiendo incluso que estén desarrollando "gustos antinaturales", así que presionan cuanto pueden para que limiten sus visitas.

Obviamente, la pelicula no se queda ahí, y escarba bastante en la psicología y en las debilidades de cada una. Pero entrar en más detalles sería reventarle la pelicula a más de uno, así que mejor que la veais.

Si hay una cosa que deba subrayar de la pelicula es esta: la sensibilidad pasmosa de la que hace gala Jackson para retratar el mundo interior de las protagonistas. Al margen de que Kate Winslet y Melanie Lynskey hacen un trabajo cojonudo, me reitero en lo que he dicho antes: imagino que para aquellos que vieran esta pelicula en el momento de su estreno, teniendo en cuenta la trayectoria inmediatemente anterior de Peter Jackson, les supondría un shock el contemplar con que maestría pasa de mostrarnos a zombies practicando trepanación de craneos a reflejar convincentemente algo tan complejo y tortuoso como los sentimientos de las dos protagonistas.

Dentro de un momento empezarán a ver dragones

Estamos hablando de un tío que hizo una pelicula de sexo y violencia con los puñeteros teleñecos.

Droga dura.

Otro aspecto importante de la pelicula es el uso de efectos especiales. Se salen de lo común. Para recrear las fantasias recurrentes, que son tambien, en cierto modo, protagonistas de la historia, dispone de una artillería de maquetas, maquillaje y efectos digitales que están destinados a contarnos cosas, y no a abrumar con su espectacularidad. Bueno, para ser sinceros, hay momentos en los que el ordenador da el cante, pero estamos hablando de una producción neozelandesa de 1994 y, con todo, saca notable alto. Hay una escena, por ejemplo, en la que aparece el Orson Welles del Tercer Hombre, en riguroso blanco y negro, persiguiendo a las protagonistas. No es espectacular, pero está hecha de forma impecable.

Sí, es lo que parece. Una ciudad de muñequitos de barro.

Tengo que ponerle algún pero a la pelicula, y me estoy devanando la sesera para hacerlo. Rebuscando un poco, hay un par de escenas que se me hacen largas, y otro par de escenas que a mi juicio habrían mejorado de estar completas (están íntegras en las secuencias eliminadas).

Hale, a ver si la veis.

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lunes, agosto 28, 2006

Man With The Screaming Brain

Serie B de bonita y barata, amigos. Y de Bruce, porque esta peli tambien es de Bruce Campbell, pero a más niveles, ya que además de interpretarla, la co-guioniza y la dirige.
Para hablar de esta peli, empezaré diciendo que fue uno de esos proyectos que no se abandonan a pesar de que nunca se ve una oportunidad para realizarlos. Desde mediados de los 80 estaban dándole vueltas a la idea, y no fue hasta 2005 cuando tomó forma. Y bueno, habrá un montón de gente a la que ésto le parezca incomprensible, ya que la película no es la esencia de lo sublime precisamente. Más bien es un producto de entretenimiento, hecho con poco dinero, y usando una historia que no es demasiado original, pero que cumple.

La historia ocurre en Bulgaria, ese bello país centroeuropeo cuyas referencias más cercanas para mí son Schtoikov y los pastelitos de chocolate rellenos de crema. ¿Por qué Bulgaria? Pues porque rodar allí era mucho más barato que hacerlo en U-ESE-A. De hecho, el guión original se desarrollaba en yankilandia, pero la pela es la pela. El amigo Bruce, aunque sea una institución en las convenciones para frikones, dentro de la maquinaria de jolivú se tiene que dar de hostias para que le financien.

William Cole, un importante ejecutivo de una empresa farmaceutica, viaja a Bulgaria con su mujer Jackie con el objeto de encontrar inversiones donde diversificar su capital. Cole representa al arquetipo de americano ignorante y prepotente que se queja de que no haya un McDonald en cada esquina del globo terraqueo, y su mujer, aparte de ser ligera de cascos, está bastante asqueada con su matrimonio.
Al llegar a Bulgaria, contratan a Yegor, un taxista ruso y antiguo miembro de la Kgb para que les lleve a donde necesiten. En su camino, se cruzan con Tatoya, una gitana ex-novia de Yegor con la sana afición de clavar cuchillos a sus amantes.
Mientras tanto, el doctor Ivanov y Pavel, su ayudante subnormal (subnormalescamente interpretado por Ted Raimi), hallan la forma de unir dos cerebros distintos en un único cuerpo.
Cuando a Tatoya le da el pronto y se le ocurre cargarse a Yegor y a Cole, está claro lo que va a pasar a continuación. Ivanov coge las partes cerebrales de ambos, y las une en el cuerpo de Cole, que vuelve a la vida con un trastorno bipolar que riete tú de Norman Bates. Tras esto, empiezan una busqueda de Tatoya para darle hostias finas como si no hubiera un mañana.

La pelicula es graciosa, y como he dicho antes, entretiene. La actuación, lo normal en estos casos, exagerada. He leído críticas de gente que la pone a parir, mayormente porque son de los que piensan que si sale Bruce Campbell se tiene que tratar de otra Evil Dead. Y tambien críticas de bulgaros, que se llevan las manos a la cabeza ante la ambientación sui generis que se hace de su país. Algo parecido a lo que nos pasó aquí con mission impossible 2, supongo.

Para pasar la tarde es una opción cojonuda.

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miércoles, agosto 16, 2006

The Incredible Shrinking Man

Si nos ponemos a hablar de peliculas de serie B, de los años cincuenta, lo más seguro es que acabemos reconociendo que la gran mayoría de ellas tratan de cosas parecidas, están condicionadas por el miedo al comunismo, tienen argumentos sumamente estúpidos y/o están dirigidas por alguien que debería haber estado fabricando matrículas en vez de dirigiendo.

A pesar de que lo anterior no supone ningún lastre a la hora de disfrutar de según qué delicatessens, lo cierto es que hay peliculas que afortunadamente están bien hechas. El Increíble Hombre Menguante, realizada en 1957, es una de las mejores películas de ciencia-ficción de la época.

Está basada en el libro homónimo de Richard Matheson, publicado justo un año antes, y dirigida por Jack Arnold, un cineasta curtido que ya había realizado algunas de las joyas del género (It Came From Outer Space, Tarantula o Creature From The Black Lagoon) y que había sido galardonado por algunos documentales realizados para las fuerzas armadas. Teniendo en cuenta la clase de películas fantásticas que se hacían por aquel entonces, y la nula carga intelectual que éstas solían tener, esta cinta supone una grata sorpresa, porque es de las que escarban en la psicología del protagonista, como años después harían 2001, o Blade Runner.

Aunque el título de la película no debería dejar lugar a dudas, comentaré someramente de qué va.

Scott Carey sufre una exposición a una extraña niebla fosforescente mientras toma el sol en su bote. Su futura esposa se encuentra en ese momento en el interior y no resulta afectada.
Seis meses despues, ya casado y viviendo en su nueva casa, empieza a notar que algo no va bien. Primero advierte cómo sus camisas empiezan a quedarle holgadas, y asume que se trata de una ligera pérdida de peso. Pero con el paso de los días, descubre que la cosa es más que eso. Está perdiendo masa y volumen corporal de forma gradual, tan rápido, que en pocas semanas no levanta un palmo del suelo.

La película está rodada con gran acierto en la parte técnica, utilizando interesantes cambios de puntos de vista en los planos de cámara y superposición de imágenes. Además, el enorme atrezzo (mobiliario, enormes cajas de cerillas, lápices...) con el que tiene que lidiar el protagonista conforme mengua no da la impresión de falsedad. Mediante una producción muy cuidada se recreó el ambiente por el que se mueve el minúsculo Scott. Una de los efectos más interesantes, a mi juicio, de toda la pelicula, es el de las gotas de agua cayendo, que se solucionó mediante la sencilla forma de rellenar de agua algunos condones, que reventaban al impactar contra el suelo.

La película está claramente dividida en dos mitades, completamente diferentes. En la primera, asistimos a la impotencia de Scott, que ve como va desapareciendo literalmente sin poder hacer nada por evitarlo. Se vuelve arisco, autocompasivo, y descarga su ira sobre su mujer, que a pesar de todo, no le abandona.

En la segunda parte de la cinta, Scott, extraviado y solo, tiene que hacer frente a toda clase de peligros, cuando cae al sotano y depende de él procurarse alimento y sobrevivir a una monstruosa araña. Es básicamente una mezcla entre documental y pelicula de aventuras, posiblemente lo mejor de la cinta. Lejos de hundirse ante el hecho de que se verá reducido a la nada, como parece ser su destino, Scott finalmente se acepta y encuentra la fortaleza necesaria para seguir adelante, aunque a sabiendas de que nunca recuperará su vida ni verá a su mujer jamás.

El discurso final, aunque algo rancio y casposo, tiene todavía una gran fuerza:

And I felt my body dwindling, melting, becoming nothing. My fears melted away, and in their place came acceptance. All this vast majesty of creation, it had to mean something. And then I meant something, too. Yes, smaller than the smallest, I meant something, too. To God, there is no zero. I still exist.

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martes, agosto 08, 2006

Bubba Ho-Tep


John R. Landsdale fué nominado a los premios de terror Bram Stoker por escribir la historia corta cuya versión en celuloide voy a comentar.
Posiblemente, gran culpa de esa nominación, la tuvo la magistral idea de base de la que parte: Presente. Elvis Presley (Bruce Campbell), el que fuera el rey del rock, no está muerto. En el apogeo de su carrera, agobiado por el éxito, cambió papeles con uno de sus imitadores para poder llevar una vida más tranquila mientras el otro hacía frente a la fama. Ahora, ya anciano y arrastrando una lesión de cadera y un posible tumor en el pito, ve pasar los días desde la cama de una residencia de ancianos.
Uno de sus compañeros de residencia (el ya fallecido Ossie Davis), afirma que es J.F. Kennedy, y que no murió en Dallas el día del atentado. En su versión, la bala le perforó parte del cerebro y se lo sustituyeron con un saquito de arena. El hecho de que sea negro, no quita credibilidad a su historia.
Juntos, Elvis y JFK, han de hacer frente a la amenaza sobrenatural de Bubba, una momia egipcia vestida de cowboy que vaga por los alrededores de la residencia, absorbiendo de paso las almas de los indefensos ancianos, para posteriormente defecarlas en el wc para invitados.

Hablemos de la pelicula ahora: Don Coscarelli (Phantasma, El señor de las bestias), dirige esta genial cinta con un acierto increíble. No sólo ha evitado caer en la facilidad de una comedia tópica, sino que compone, a pesar de lo delirante del argumento, una historia creíble - en cuanto al tratamiento de los personajes - y con unos trazos de sensibilidad que ya quisieran para sí otros títulos más 'serios' que se estrenan hoy día. No sólo hay humor negro en Bubba Ho-Tep, hay una mezcla de géneros más que abundante. Por un lado asistimos a la instrospección de un Elvis que se pregunta no pocas veces si eligió bien en el pasado, si su vida habría acabado de una forma tan patética de no haber huído. Los protagonistas piensan en el final de sus días, mientras sus compañeros van desapareciendo poco a poco, olvidados por sus familiares. Al final, deciden coger las riendas de sus propios destinos y escapar de la apatía y de la espera. Es una pelicula que parece una cosa, pero de la que se desprende multitud de capas, cada una de ellas exquisitamente colocada.
Bruce Campbell lo borda. Vale, tengo debilidad por este actor, y no soy el único. Pero quien haya crecido con la Trilogía de las Tinieblas, y haya disfrutado del terror delirante de cada una de sus partes guarda, seguro, un lugar en el corazón para este tipo. Bruce Campbell es Elvis, él se lo cree, y cualquiera que le vea actuando, se lo cree.
De la misma forma, Ossie Davis, enorme actor con un centenar de peliculas en su haber, y del que yo, ignorante, no sabía nada hasta esta película, se convierte en JFK. Habla como JFK. Se comporta como JFK. Asume las responsabilidades de JFK, Y si no lo es, da igual, porque el verdadero JFK habría hecho lo mismo que hace él en esas circunstancias.
Estos dos geniales - y no suficientemente tenidos en cuenta - actores, soportan todo el peso de la película. Cada escena en la que aparecen juntos, con la determinación en sus miradas, arrastrando el paso como pueden, mientras suena de fondo el tema principal de la película, es un auténtico hype para los sentidos.

Magistral.

PD: Luego, viendo las peliculas que estrenan, basadas en remakes de remakes, copiando la misma puñetera fórmula una y otra vez, da pena que joyas como ésta pasen desapercibidas.

PPD: Van a hacer una precuela!

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lunes, agosto 07, 2006

Repo Man

Son las 4 de la mañana, ¿sabes dónde está tu coche?

Repo Man, amigos. Son los años 80 y, no hace falta que comente en qué situación estaba el mundo y las cabezas de la gente, tan solo es necesario revisionar Spitting Image para viajar en el tiempo. Situaros.
Esta película surge en esta década, y se convierte casi instantáneamente en un elemento de culto. Dirigida y escrita por el debutante Alex Cox, y protagonizada por el entonces también debutante Emilio Estevez y Harry Dean Stanton, narra las peripecias y situaciones en las que se ve metido Otto (Estevez), cuando Bud (Stanton) le propone unirse a su negocio de recuperaciones de coches.
¿Qué son las recuperaciones de coches? Es algo curioso, son robos legales. En Estados Unidos, cuando alguien compra un coche y deja de pagar los plazos que le corresponden, los recuperadores tratan de quitarselo para devolverlo al concesionario. Normalmente lo hacen robándolos cuando están aparcados, y si son descubiertos suele haber de todo, desde insultos o palizas hasta tiroteos (en Pronto, de Elmore Leonard, el prota es uno de estos recuperadores, y las pasa canutas).
Otto, que justo acaba de perder su empleo de reponedor en un supermercado, acepta medio engañado, y conoce al resto de recuperadores de la empresa "la mano amiga", un elenco de trasnochadores, zumbados y drogadictos que constituyen una especie de familia enferma y disfuncional.

Mientras tanto, asistimos a varias historias paralelas.
  • Un desvencijado Chevy Malibu, conducido por un extraño personaje, recorre las carreteras a toda leche. En su maletero, algo que nunca se llega a ver, emite un intenso resplandor que funde (literalmente) a cualquiera que se atreva a abrirlo.
  • Lo que lleva dentro, presumiblemente, son cadaveres de alienígenas en descomposición.
  • Una agencia secreta relacionada con el gobierno está buscando ese Chevy y su contenido, y ofrece una enorme recompensa por su recuperación.
  • Un grupo de punkis amigos de Otto se dedican a asaltar tiendas y gasolineras.
  • Los padres de Otto se gastan todos sus ahorros donándolos a un telepredicador que quiere comprar biblias para El Salvador.
Otto y Bud reciben el encargo de recuperar el coche misterioso, que durante toda la pelicula va cambiando de manos y desapareciendo, para volver a caer en su propietario original. Otto salva a una chica de unos tios trajeados y resulta que trabaja para la agencia secreta, y le cuenta a éste que investiga sucesos alienigenas, tras lo cual Otto se parte de risa.

Son hechos aparentemente inconexos como éstos los que forman esta película, y la hacen diferente. Si bien todo está relacionado, la mayoría de las veces, estas relaciones existen 'porque sí', y no aportan nada al desarrollo del argumento. ¿Argumento? En esta película es lo de menos. Lo que cuenta son los detalles, los diálogos, los pintorescos personajes y la estupenda banda sonora, con temas punk de la época.

Todos los recuperadores, aparte de pasarse media vida bebiendo cerveza, tienen nombres de éstas: Bud, Miller, Lite...
Otro detalle es que cada producto que sale en la pelicula no muestra su nombre (a excepción de uno que comentaré ahora). Simplemente aparece el envase blanco, y con letras azules, lo que contiene, ya sea cerveza, detergente o patatas fritas.
La unica marca comercial que aparece en un producto es la de unos ambientadores de coches con olor a pino. Esta marca patrocinó en cierta medida la pelicula, y por lo visto, regalaron cajas y cajas de ambientadores de éstos al equipo. Curiosamente no olían.
Miller, el zumbado mecánico de "la mano amiga", reconoce no saber conducir, ya que tiene la teoría de que mientras más conduces, menos inteligente eres. Le cuenta a Otto su idea de que los platillos volantes son máquinas del tiempo, y viajan al pasado llevando gente a un tiempo en el que no había gente. Con lo cual, le explica a su manera y de forma magistral, porqué ahora hay gente en el planeta, porque son los descendientes de la gente que viajó al pasado, paradojas aparte.
En la version televisiva de la película se doblaron las secuencias donde se oía un "motherfucker" y se sustituyeron por "melonfarmers"
Está considerada una de las 25 mejores cosas de los 80. Por algo será.

Una joyita.

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sábado, agosto 05, 2006

Post disperso.

Pues le he copiado la idea a Fresquito y, porque me sale del cimbrel, subo un dibu.

Es putamierda, lo sé, pero en este blog, calidad y contenido no pueden coexistir.

Además, así me obligo a coger la tabletita gráfica, que entre averías varias, exámenes y pereza, no le he dado un mísero meneo.

Aparte de eso... algo tenía yo que contar.

Ah.

Sí.

Que aunque estoy liado con una morena, me he enamorado de una rubia que está buenísima.

De esta:


Memorieeees...

Aunque ahora le estoy poniendo los cuernos con un agradable descubrimiento: Marston's Single Malt, una cerveza de malta escocesa que está increible y que le da mil vueltas a la otra escocesa que conocía: el vómito con aroma a whisky llamado Adelscott. Además es de esas que vienen en botellines de medio litro, lo cual le da puntos. Ayer también probé una alemana llamada Weissenland que es de trigo, tostada, y tampoco estaba mal.

En serio, probadlas, amiguitos, si os gusta la cerveza para algo más que para acompañar las lentejas.

Ale.

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