viernes, junio 10, 2005

Crítica literaria (Guest Star: Coldito)

El amigo Coldito ha accedido a verse publicado aquí, lo que él no sabe es porqué. Y es que cuando registras una cuenta de blog de Blogspot, te hacen firmar un apartado en el cual te comprometes a colaborar con un centro de educación especial, y con uno de sus alumnos con leve retraso. Coldito es ese alumno, y espero que el hecho de verse aquí contribuya de forma positiva en su psique. Los de la terapia dicen que puede que ayude.. Ahí sus dejo sus impresiones sobre el último libro que leyó. Y cuidadín, que si no habeis leído el libro, al chaval le importa tres cojones, lo destripa igual:

CIEN AÑOS DE SOLEDAD de Gabriel García Marquez

Bueno, he vuelto al mundo de la lectura, y el primer libro elegido (así, para regresar a este maravilloso y apasionante mundo) ha sido esta minudencia de nada. Para hacer las cosas como progresivamente, pues me meto entre pecho y espalda casi 500 páginas. Avisados quedais que tanto en esta reseña como en el resto que haga, escribiré spoilers varios sin aviso ninguno, aparte de este mismo. Por lo que si os quereis arriesgar, allá vosotros..

En fin, libro famosillo este que leí. La verdad es que el libro empieza de lujo, atrapandote poco a poco en la vida de la familia Buendía, especialmente, gracias a la fascinación que en mi provocó ese gran personaje llamado José Arcadio Buendia. Detalles como el del muerto que busca la esponja son impagables. El libro está lleno de este tipo de detalles, que al fin y al cabo, es lo que más se queda. Sin embargo, conforme leía y avanzaba, no tenía sensación de avanzar, pero sí de leer. Hay un momento en el que pasan cosas, pero no pasa nada. Todos se llaman igual, y ya no sabes si los que mueren o nacen son los mismos u otros diferentes. Me parece a mi que a mitad de libro al señor este se le fue la mano.

El final, pues un poco más de lo mismo, aunque remonta el vuelo un poco, pues sigue dando una sensación de incosistencia e intrascendencia importante. Llegando al punto de tener la certeza de que aunque te saltaras 100 o 200 páginas, al final, la sensación que te va a dejar el libro, es la misma. Es como ponerse a escuchar el viento. Escuchar dos horas o cuatro, reporta exactamente la misma expèriencia, porque hay un momento, que si no tienes reloj, la cosa empieza a hacerse como larga, como igual, como que no pasa nada y a lo mejor te crees que llevas 2 horas oyendo el viento, y llevas 4 o llevas 37 minutos.

Entre tanto, pues mientras oyes el viento, hay veces que puedes ver un pajarillo volando, una chavalilla de buen ver, un caco genante... cosas que te llaman la atención, pero que al fin y al cabo, son superfluos a la experiencia. La gracia por lo tanto, puede que esté en esos elementos superfluos, y no en escuchar el viento.

Después de esta analogía barata, vuelvo al libro. Me impresionó mucho el final, el punto donde las hormigas se llevan una pasa a su madriguera, una pasa que en un tiempo pasado (muy reciente además) fue un bebé. Es una escena muy dura, contada con total ligereza, pero con muy mala baba. Como en una precipitación de mala leche que se da lugar al final, como si esa mala hostia fuera la que desencadena el tornado que arrasa con Macondo.

En definitiva, mis conclusiones del libro es que el mundo se divide en dos tipos de personas: Aurelianos y José Arcadios y que todo lo que pasa mientras vivimos, no tiene ni importancia ni trascendencia en las insondables arenas del tiempo. El libro refleja muy bien esto, gran mérito el del autor, sin embargo, no por ello la lectura me parece más agradable o satisfactoria. Es como querer expresar un sentimiento de desidía y pasarse 1364 páginas sin decir nada interesante. Has clavado el significado, sin embargo dudo que por ello el libro sea más agradable de leer.

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