Creo que ya he hablado antes de Vincent Gallo y de su Buffalo'66, aunque no le he dedicado más que unas líneas lamentables. El hecho es que Damián me convenció para ver esta película mediante el sutil sistema de zarandearme violentamente con un brillo de delirio en sus ojos mientras me decía: "Tienes que verla". Así que le hice caso. Me la puse esa misma noche en el salón cuando ya se había ido todo el mundo a la cama, y me tiré hora y media sin poder apartar los ojos de la pantalla. Es una película hecha con cuatro duros, con lo mínimo, y no es de esas historias cuyo guión sea el epítome de la excelencia (ver Zombies Paletos), o cuyo visionado se amortice por la cantidad de tías en bolas que salen (ver Zombies Paletos).
Quizá sea por la forma minimalista de contar las cosas, o de no contarlas, por lo que esta película me enganchó y me tuvo ahí en el sofá, un buen rato después de finalizar los títulos de crédito, moviendo la cabeza en ademán de complacencia y diciéndome a mí mismo: "qué hijoputa el Vincent Gallo".
O quizá fue por Christina Ricci, bailando claqué en una bolera mientras suena Moonchild de King Crimson solo para ella. Días despues de ver la peli, le confesé a Damián que esa escena había abierto las exclusas para que manaran de mí ríos torrenciales de liquido seminal. Lejos de sorprenderse, me dijo: "¿A que sí?"
La escena. No, LA ESCENA.
El caso es que el listón estaba muy alto, así que la siguiente pelicula de Gallo lo tenía jodido para superarla.
Anoche vi "The brown bunny", tambien dirigida, protagonizada, escrita y montada por este hombre. Si usaramos un algoritmo de compresión, semejante a los que hacen que un archivo de texto de 500 Kb ocupe 5 Kb, esta pelicula duraría 10 minutos. Pero dura hora y media. Apenas tiene diálogos, la cámara permanece minutos enteros enfocando al protagonista conduciendo y a lo que ve por la ventana. Hay dos o tres islas, entre este tipo de escenas, en las que el personaje interactua un poco más con la gente, pero lo mínimo. Tambien hay una historia de fondo, como es lógico, pero que más que irse conociendo conforme avanza la pelicula, se va intuyendo.
Mi estado ante la pelicula mientras la veía era de estupor e incomprensión, y más de una vez, sólo en la habitación, elevé mis puños al cielo quejándome en sordo lamento: "¿Qué has hecho Vincent Gallo? ¿Qué hostias es ésto?"Desde luego, no era Buffalo'66.
Pero entonces llega Vincent, y justo en los diez minutos finales, en una sola escena magistral hecha con las tripas, consigue dos cosas:
a.- que le chupen la polla en una escena de sexo explícito que ríete tú de Rocco.
b.- resolver la película y hacer que, de pronto, toda la hora y pico anterior cobre sentido (incluso las escenas de paisajes).
El público se levanta, ruge, aplaude, corea el nombre del director y pide las dos orejas. El rabo no, porque bastante rabo ha enseñado ya el tío.
Lo ha vuelto a conseguir. Qué hijoputa el Vincent Gallo.
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