viernes, enero 21, 2005

Subidón de cafeína ¡No!

Escribo estas líneas a las 3 y pico de la madrugada, en pleno abandono al delirio más tremebundo, y tras haber ingerido una dosis de café que podría haber levantado de la cama a Ramón Sampedro. Suena Moby Dick, de Led Zeppelin. Antes ha sonado No Quarter, posiblemente mi canción favorita de este grupo, y el momento espiritual ha sido tan intenso que he decidido rendirle homenaje a dicha canción, una de las pocas que hace que manche la silla mientras estudio.
Empieza con una apagada letanía de de notas sumergidas, con un eco resonante, con un tranquilo golpe de bajos de esos que te retumban en los pulmones. Y de pronto John Bonham aporreando su batería, un acorde de guitarra que te descoloca, otro más, y comienza ese riff mítico y acojonante que marca el tono de toda la puñetera canción. Luego vuelve al inicio, y de pronto se escucha la voz de Robert Plant, melancólica y casi rota: "Close the doors, put out the light, You know they won't be home tonight ..." Y entonces, de nuevo, el acorde estridente que te rompe los esquemas, la batería vuelve a aparecer con una contundencia feroz. Y tan pronto como llega, se va. Aparece el piano. Qué bonito. Es como escuchar una canción bajo el mar. Te relajas. Pero solo un poco, falsa alarma. El ritmo sube con la reaparición de la batería, el punteo solitario de Jimmy Page que va cobrando cada vez más fuerza. Sube el volumen, cacofonías de fondo, todo camino de una apoteosis delirante de sonido que cuando llega al cénit y parece que se te va a aparecer la virgen, se apaga rotundamente. Y vuelta al cambio de ritmo, de intensidad, todo se calma. ¿Pero esto no había pasado antes? Sí, pero no por eso te vas a dejar de sorprender cuando la batería vuelve a la carga y te saca del trance. La voz desatada de Robert Plant se convierte en una docena de lamentos, a cual más desgarrador. Y entonces el sonido va difuminándose, y la canción se acaba. Y empieza Moby Dick, que es otra maldita obra de arte que deberían enseñar en todos los colegios. Y después Thank You, que me pone los pelos del culo como escarpias. Y Over The Hills And Far Away, la primera canción de Led Zeppelin que aprendí a tocar, qué recuerdos. Y siguen, siguen apareciendo joyas toda la noche!

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